La Argentina aspira alcanzar una participación de 10% del mercado mundial de vinos a granel

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Las exportaciones argentinas de vino a granel experimentaron un incremento de 184% en 2018, al pasar de 1,40 a 2,35% del mercado mundial, y el sector aspira a cuadruplicar ese volumen y alcanzar el 10%.

“Ese crecimiento es porque se venía de una base muy baja en las exportaciones en el año 2017; Argentina no era competitiva y además no teníamos tantos vinos para exportar”, explicó a Télam el presidente de la Cámara Argentina de Vinos a Granel, José Bartolucci.

Según Bartolucci, el objetivo es “seguir creciendo y tratar de llevar a la Argentina para que participe con un 8 o un 10% del mercado mundial de vinos a granel, que significarían unos 250 a 300 millones de litros por año”.

La entidad, que reúne a bodegas, cooperativas, empresas de logística y principales componentes de la cadena exportadora de Argentina, se creó en el último trimestre de 2018 para mejorar la comercialización en el exterior del producto a largo plazo.

“Es el objetivo que nos hemos trazado, promocionar a Argentina y a Mendoza en el mundo, tanto en el mercado tradicional, como en los no tradicionales, y recuperar mercados perdidos”, apuntó, y resaltó que la Argentina exportó a 27 países en 2018.

Otra de las metas de la entidad es acelerar las devoluciones de IVA por exportación, sobre todo porque el vino a granel tiene muy bajos márgenes, y así permitir un efecto derrame en el mercado local, sobre todo en la base de la pirámide con los vinos genéricos.

“El vino a granel es un complemento del vino embotellado, y en ambos sectores Argentina puede seguir creciendo en volúmenes de exportaciones”, sostuvo el dirigente, quien estimó en “unos 3 o 4 años” el plazo para alcanzar el objetivo.

Por su parte, Juan Ángel Rodríguez, gerente general de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita) -uno de los gigantes de este mercado- explicó que “el cambio actual nos favorece”.

En diálogo con Télam, aseguró que “la situación cambiaria nos permitió ser más competitivos; pero como es un ‘comoditie’, el comprador que conoce de la devaluación, nos pide que bajemos los precios”, reveló.

Asimismo, advirtió que “por la devaluación se encarecen los costos internos que están dolarizados, como los insumos, o el flete que es más caro por vía terrestre de Mendoza a Buenos Aires, que de Buenos Aires a Europa”.

Según Rodríguez, “la cosecha 2018 ha sido más grande de lo esperado, por eso hubo demasiado stock, y poderlo colocar afuera nos permitió mejorarle el precio al productor”.

“Hoy en los graneles -añadió- apuntamos no sólo a los países periféricos, sino también tenemos presencia en otros mercados como algunos países de Europa, debido a la merma que se produjo en 2018 en la cosecha de los países europeos”.

Fuente: Télam

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