Daniel Marín es un sommelier argentino, de San Rafael (Mendoza), que desde ya hace algunos años partió a Galicia para desarrollar su carrera profesional. Hoy, ya afincado en la ciudad de Ourense, este sanrafaelino sigue creciendo, al punto de convertirse en sommelier de varios restaurantes de primer nivel en la península ibérica.
Sin embargo, desde su hogar en Galicia, Daniel recuerda su San Rafael natal y lo hace a través de un texto especial para El Malbec en donde nos habla de la relación del gran escritor argentino Jorge Luis Borges con el vino y con las viñas del sur mendocino.
En la lejanía, donde la Pampa es aminorada por la belleza de los Andes, un enigmático amor, un laberinto imaginario sin descifrar.
El escenario de una bella casona colonial que en el año 1830 era la última frontera del sur. Un lugar fascinante ubicado en San Rafael, departamento de Mendoza, estancia de nombre Finca los Álamos que cuenta la historia de dos amigos muy especiales, Susana Bombal y Jorge Luis Borges, memoria de admiración que parece no tener fin.
Cuentan que Susana Bombal y Jorge Luis Borges se conocieron en una fiesta en Buenos Aires. Susana sostenía una copa de champagne, copa que en un descuido se le derramó, Borges que la observaba se le acercó tímidamente ofreciéndole su pañuelo blanco, entonces Susana lo miró y aceptó su pañuelo antes que el de otros señores.
Desde esas gotas de vino absorbidas por un pañuelo, comienza una profunda amistad entre Susana Bombal y Jorge Luis Borges. Borges la visitaba en la estancia Los Álamos de San Rafael, propiedad de la familia Bombal, y a pesar de su débil visión le encantaba disfrutar de ese paisaje con paseos soleados entre las acequias, álamos, durazneros, y parrales.
En una entrevista realizada a María Kodama afirmaba que Borges en su juventud disfrutaba mucho del vino. El vino no quedó ajeno a su vida, dejando poemas como ”Al Vino” o “Soneto del vino”.
En la actualidad la histórica finca los Álamos está abierta al público como un emprendimiento cultural dedicado a los escritores Susana Bombal y Jorge Luis Borges, presidiendo un Laberinto como protagonista, diseñado por Randoll Coate, amigo de ambos. Obra de un libro abierto que honra la memoria de Borges. Laberinto que los descendientes de Susana Bombal, con mucho esfuerzo, lograron tatuar para siempre sobre suelo mendocino.
Para terminar, los invito a viajar un momento con la imaginación, como tanto le gustaba a Borges…
Cerremos los ojos y pensemos en aquel primer encuentro en San Rafael. Una mesa de madera cubierta con un mantel blanco, de tejido Andino, una jarra de vino tinto, de uvas cultivadas al borde del río Diamante. Vino de poca crianza, sin clarificar, poco alcohol, de color oscuro igual que las ciruelas, austero aroma de jarilla.
Al beberlo se siente la delicada calidez de los arenales y un misterio que renueva el paladar. Quizás por el origen francés de la familia anfitriona, el vino que hemos imaginado, haya sido elaborado con las uvas Cabernet Sauvignon y Malbec.
Por Daniel Marín
