Fabricio Portelli: “El malbec seguirá siendo el estandarte, pero comenzará una apuesta fuerte con el cabernet sauvignon”

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Fabricio Portelli es una de las caras más conocidas en el mundo del vino en nuestro país. Su nombre se asocia desde hace más de 20 años a la comunicación y promoción de la vitivinicultura argentina en el país y en el mundo.

Versátil e inquieto, Portelli ha sabido incursionar en diferentes plataformas (radio, TV, diarios, portales online).  En 2017 lanzó su propia App, “Portelli Video Guía de Vinos” y hasta se animó a realizar el ciclo “Vino con Humor” junto a Alejandro Korol, un show interactivo y una degustación diferente a todas.

En una charla exclusiva con El Malbec, Fabricio Portelli repasa los aspectos más importantes que dejó el 2019 en cuanto a la actividad y qué es lo que nos depara el año que acaba de arrancar.

– La calidad de los vinos argentinos es el más alto de la historia. También subió el consumo de vino en Argentina en 2019. ¿A qué se lo atribuis: promoción, precios?

La suba del consumo fue muy sensible (3%) y eso se debe a que el precio del Tetra se mantuvo respecto de sus competidores más próximos (cerveza, por ejemplo). Y si bien es una buena noticia, porque rompe la tendencia negativa de los últimos años, le falta mucho para ser una recuperación. Y si bien es cierto que cada vez se habla más de vinos, y hay más acciones en todo el país, no se puede mensurar cuál es su impacto directo en las ventas.

Hablaste de cerveza. Algo que se escucha como un mantra entre los que hacen la industria es que el vino pierde por goleada frente a la cerveza ¿Por qué pensás que sucede y por qué es difícil revertir esta tendencia?

Son varios factores. Por un lado la cerveza es mucho más fácil de abordar. El director no interpela al consumidor. En otras palabras, no hay que saber nada de cerveza para poder disfrutar una. Tampoco de vinos para disfrutarlos, pero en el imaginario colectivo se ha instalado que para apreciar los “buenos” vinos hay que ser un “experto”.

Pero son productos diferentes para ocasiones de consumo diferentes y que ofrecen algo totalmente distinto, más allá que ambas bebidas pueden atravesar generaciones. La cerveza es refrescante y punto, su diversidad es muy pequeña al lado de la del vino. Y en los patios cerveceros, un joven puede ir y pasar toda la noche con $200, porque nadie lo va a increpar con “qué vas a tomar”. En cambio, en los lugares donde se sirve vino, siempre habrá un camarero o un Sommelier que se acerque.

Por otra parte, la cerveza no es para la mesa por más que el Delivery de Pizza & Cerveza sea muy popular. En cambio, el lugar natural del vino es en la mesa. Pero para que los jóvenes se diviertan alrededor de la mesa, con la charla y la comida, deben madurar.

Estimo que más o menos a los 30 años, empiezan a cambiar el “ruido del boliche” por la tranquilidad de una mesa compartida con amigos.

Por suerte, el vino da pelea, y si bien en consumo per cápita la pelea está perdida (18 litros vs. 45 litros), en calidad y diversidad, el vino es inalcanzable. Solo necesita un poco más de estabilidad económica para que la gente vuelva a invertir más en sus placeres diarios.

– Nuevas expresiones están apareciendo, al parecer con fuerza. Un de ella el es vino en lata. ¿Creés que puede prender entre los consumidores argentinos?

Claro que el vino en lata puede prender en el consumidor argentino, porque éste es igual a cualquiera en el mundo. La lata es un formato que es ideal para ciertas ocasiones, donde el vidrio no llega. La lata es más práctica para consumo individual o al aire libre (playa, pic-nic, campamento, etc.). Pero la lata pide mucho frío, y por lo tanto, los vinos en lata deben poder mantener sus atributos a bajas temperaturas. Por ahora solo se animaron con blancos dulces naturales, y espumosos dulces naturales y más livianos (con menos alcohol), en pos de conquistar a los paladares más jóvenes. Pero lo ideal es que lleguen también blancos y rosados. En cuanto a tintos, solo habría lugar para aquellos muy livianos como el Pinot noir. Pero esta es una uva muy escasas y difícil de elaborar como para “enlatar”. Por eso creo que para la Criolla, la Barbera y la Bonarda, sin tanta maceración, podría llegar a haber una oportunidad.

– Estás de acuerdo con que 2019 fue el año de los rosé en Argentina. Hubo como una explosión y muchas bodegas se fueron por ese lado, como hace unos años pasó con los espumantes

No se si esté o el 2018, porque es una tendencia que viene en auge. Sobre todo a partir de la cosecha 2016 en la que los enólogos se animaron a dejar de hacer los rosados a partir de sangrías, y pasaron a elaborarlos pensados desde la viña. Ese fue el gran cambio, y está muy bien que haya rosados de alta gama, aunque estos nuca van a llegar a ser considerados como grandes vinos. Simplemente porque esa no es su misión. No obstante, hay muchos que se pueden diferenciar por fuera (con botellas llamativas) y por dentro, con una mejor calidad. Es algo que quedó y van a seguir apareciendo todos los años buenos rosados en todas las zonas, y el público los irá adoptando cada vez más.

¿Cómo ves la comunicación del vino argentino. Hay que seguir por el mismo camino con campañas nacionales como las del Fondo vitivinicola (#elvinonosune) o internacionales como el malbecworld day, o creés que es momento de hacer un cambio?

Ambas campañas tienen pros y contras, lo bueno en todo caso es que siempre suman y no restan. Lo del Malbec World Day fue un acierto y contribuyó mucho a posicionar al cepaje a nivel internacional, y gracias a ello hoy Malbec es sinónimo de Argentina, con todo lo importante que ello implica.
Pero la Argentina fue, es y será el principal mercado para el vino nacional, y por lo tanto siempre hay que mejorar la comunicación. No se puede en un mismo mensaje quedar bien con todos los actores de la industria, que es lo que siempre busca la campaña del Fondo Vitivinícola de Mendoza. Hay que segmentar los mensajes y que cada vino le hable a cada público. La comunicación es necesaria para que el vino recupere cotidianidad, y para difundir que la calidad actual es la mejor de la historia.

– Crees que las bodegas van un paso adelante de las instituciones que las representan, en ese sentido. Es decir dándole un valor agregado al vino como recitales multitudinarios en los viñedos, galerías de arte en las bodegas, enoturismo, gastronomía, etc

No tanto, porque una cosa es hacer una acción puntual en tu bodega (el Wine Rock no es multitudinario, pero está muy bien). En ese sentido, las bodegas han hecho un trabajo extraordinario, tanto en la viña como en la bodega. Y esto incluye al esoterismo que se ha transformado en una herramienta fundamental de venta y de posicionamiento de los vinos argentinos.

– ¿Cómo va a ser la cosecha 2020 en las diferentes zonas Argentinas?

Aún es prematuro, pero si se sabe que las heladas no causaron daños significativos tal que se produzcan mermas. Y como venimos de una cosecha, al parecer, excepcional (por la 2019) y con un clima (por ahora) bastante seco, todo hace prever que será un año normal, con producciones alrededor de la media. Lo cual es un gran desafío por dos motivos. Por un lado, si no llueve lo suficiente, este año la escasez de agua se va a sentir fuerte, ya que los pronósticos hídricos hablándoos e un 40% de disponibilidad de aguas. Por el otro, hay grandes excedentes y stocks en las bodegas aún por vender, debido a la caída de las ventas y el consumo.
Por lo tanto, por más que el clima sea benévolo, la Argentina siempre se las arregla para estar complicada, incluso en el vino, donde la calidad actual esta mejor de la historia.

– Cuando arrancaste en esto creíste alguna vez que íbamos a estar hablando de vinos o por lo menos de proyectos vitivinícolas serios en lugares como Chapadmalal, Chubut, San Luis o Entre Ríos?

En realidad yo soñaba con ser un referente del vino argentino desde la comunicación cuando empecé en 1999. Y lo sigo soñando, nada más que con 20 años de experiencia. Y si bien no pensaba más allá de las zonas tradicionales, no me sorprende que se hayan derribado tantas barreras, y se hayan desarrollado tantos viñedos de extremo. Estoy es algo que recién empieza.

– ¿Que vinos te sorprendieron este año que pasó?
Las bodegas lanzaron muchos vinos, incluso algunos muy innovadores. Si recomiendo ver mis preferencia publicadas en la web. (NdR: https://www.fabricioportelli.com/los-50-vinos-mas-destacados-del-2019-para-despedir-el-ano/)

– ¿Según tu visión cuáles son los tres aspectos relacionados al vino argentino que vamos a ver en este 2020?

Va a ser un año muy pensado. Porque por un lado empieza con mucho stock de vinos, y habrá que ser más eficientes a la hora de elaborar los 2020 y venderlos.
El agua será otro desafío para la cosecha que ya empezó. Y en cuánto a vinos, la Argentina ya está subida a la autopista de la calidad, por lo tanto las mejoras vendrán del lado de las microvinificaciones y la info que eso genere poder aplicarla a vinos más masivos. El Malbec seguirá siendo el estandarte de la diversidad, pero comenzará una apuesta fuerte con el Cabernet Sauvignon, ya que por las condiciones climáticas, “el rey de los cepajes tintos” se da de una manera muy diferente, y eso puede causar un gran impacto a nivel internacional.
La innovación, con la lata como emblema, seguirá dando que hablar también a lo largo del año.

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