La Cámara de Bodegueros busca posicionar sus productos en los mercados mundiales con una estrategia promocional.
San Juan, cuna de exquisitos vinos de categoría media y alta, se devela una realidad latente: las bondades de estas añejas cepas son ignoradas por muchos paladares ajenos a la provincia, ya sea debido a un desconocimiento de sus cualidades o a la escasa proyección en los mercados foráneos.
Una situación que ha impactado con fuerza en las ventas, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, generando un declive que busca ser revertido mediante una innovadora estrategia auspiciada por la Cámara de Bodegueros de San Juan.
En los últimos años, los números rojos han protagonizado el escenario vinícola, con descensos notables del 9,9% en ventas domésticas y del 31,7% en exportaciones, en comparación al año previo. No obstante, el giro en esta tendencia es ahora la meta perseguida por la industria vitivinícola, que apunta a detener la caída para abrir paso a una eventual recuperación. En ese contexto emerge con fuerza la campaña local, una respuesta concreta al impacto que ha llevado a las bodegas sanjuaninas a afrontar una disminución del 25% al 30% en el consumo en comparación al año anterior.
La esencia de esta estrategia promocional radica en la creación de la marca “Vinos del Valle”, un nombre que resuena en sintonía con la ubicación geográfica de los viñedos sanjuaninos, dispersos en los valles de Tulum, Iglesia, Ullum, Zonda, Pedernal y Calingasta. Cada rincón, con sus características únicas, agrega matices y distinciones a los caldos, subrayando su inigualable calidad.
No obstante, la lucha por recobrar terreno no se limita a la competencia tradicional con la provincia de Mendoza; esta batalla se extiende a otras provincias que han emergido como rivales en el panorama vinícola nacional. Localidades como Río Negro, La Rioja y Salta han ganado prominencia gracias a enérgicas campañas promocionales que han logrado eclipsar la presencia de San Juan en los mercados. La adversidad no se reduce únicamente a la falta de reconocimiento, sino que se entrelaza con desafíos económicos y financieros que han minado el respaldo al sector vitivinícola local. La ausencia de apoyo crediticio y políticas financieras específicas han dejado a las ofertas sanjuaninas en desventaja, alimentando la percepción errónea de que la región se dedica principalmente a producir vinos comunes, cuando en realidad resplandece en la categoría de media y alta gama, la cual lidera la preferencia en todos los mercados.
Se alza entonces la premisa inquebrantable de que la promoción constituye el eje central de la comercialización de cualquier producto. En esta cruzada, la Cámara de Bodegueros se dispone a tejer una trama comunicativa que aspire a catapultar nuevamente a los vinos sanjuaninos a la prominencia que merecen, recordando al mundo la grandeza de estas cepas que una vez brillaron en los reflectores más deslumbrantes.




































