Comprar un vino no es una tarea compleja, aunque sus presentaciones, botellas, varietales, marcas o recomendaciones pueden, a veces, agobiarnos y terminar eligiendo el vino equivocado
Desde el almacén de la esquina, pasando por el súper o hipermercado, la bodega y las vinotecas, vinerias o wine shop. Y es justamente a estas últimas a la que nos vamos a referir.
Porque, sin lugar a duda, se presentan como el ámbito más propicio para no solo adquirir un vino sino que, al mismo tiempo y de acuerdo a como están planteadas como negocio, son lugares en los que podemos aprender aún más sobre la bebida nacional. Y que más allá de su resistencia estoica frente a otros canales de retails, inclusive a aquellos online vinculados al e-commerce, aún se mantiene gracias al turismo, los wine lovers y a los que siempre buscan algo más de lo convencional.
De esta manera, es que sin saber nada sobre vinos o sabiendo inclusive, por lo general se crea una relación más cercana con el consumidor.
¿Es que no será que más allá del diferencial de los productos, el secreto te las vinotecas pasa por la forma de comunicar el vino? En una vinoteca el que te atiende te cuenta sobre el vino. En una vinoteca la atención es más personalizada. Hay consumidores que no saben nada y preguntan para saber y nosotros tenemos la obligación de indagar en para qué va a llevar ese vino, si es para consumo con alguna comida, si es un regalo. El trabajo del sommelier o vendedor es clave porque la gente termina conociendo de vinos a través del trabajo del profesional. Es un trabajo de capacitación de hormiga.
Y es justamente que buen anfitrión, más allá de su objetivo comercial, puede dar esa serie de tips que hacen de la experiencia diferenciadora. Saber qué tipo de vino es el que se elige, la variedad escogida, si es reserva o gran reserva y si tiene paso por madera o no, al igual de que región proviene, no son datos menores ni aun menos accesorios, sino que hacen de la experiencia un aporte vital.
Perfil del consumidor
Muchos turistas, maduros y pocos millenials Si bien no se puede trazar un perfil certero del publico de las vinotecas, está claro que el fenómeno alcanza sobre todo al turista en un porcentaje que supera el 50%, repartido entre el extranjero y el nacional, luego de manera atomizada el consumidor local, aquel que es asiduo, por
cercanía al local comercial, el que busca algo para regalar y el que eventualmente se anima a entrar.
Así las cosas, los turistas que llegan, de acuerdo a lo expuesto por los conocedores, por lo general son brasileros, de Estados Unidos y chilenos. Y de la plaza local, de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Santa Fe, y del norte argentino.
Qué se puede encontrar
El cliente va buscando a las vinotecas etiquetas que no consigue en los supermercados, eso está claro. Es por eso que esa política de venta se fortalece mucho porque aparte de tener las etiquetas comerciales que hay en otros canales de consumo, en las vinotecas aparecen esas otras marcas que pertenecen bodegas boutiques, bodegas pequeñas, y vinos de autor
Por lo general en el supermercado o el hipermercado se encuentran líneas más comerciales, masivas, lo que no quita que el rango de precios es amplio entre lo económico y caro.
La variedad más buscada en Argentina, sin dudas, es el malbec, aunque últimamente el cabernet franc es muy pedido indicaron los consultados. Y el espumante ha subido un poco en el consumo, no solo en celebración o aperitivos sino para acompañar las comidas.
Aquella vinería del barrio
Como la despensa aunque en menor cantidad, los grandes barrios de las principales ciudades del país también tiene sus vinerías barrales, esa que suele ser más “de batalla”, en donde se arrinconan codo a codo la vieja y querida damajuana, junto al botellón de aceite de oliva, el de las aceitunas y hasta los tetra briks y los recientemente, pero no por ello menos populares, bag in box.
De esta manera, a estas vinerías, a las que no acude generalmente el turista, sino la ama de casa o el vecino en busca del vino nuevo de cada día. Recintos en donde también se pueden encontrar grandes exponente, y por qué no, precios que oscilan de acuerdo a las calidades. Es por esto que las vinerías de barrio son ese reflejo de que aun el vino goza de buena salud.
