El español Pau Roca presentó hoy a las autoridades rusas sus propuestas para la defensa e impulso del sector como parte de la promoción de su candidatura a dirigir la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) desde 2019.
“Me llevo una impresión bastante buena. Creo que estamos en la misma longitud de onda en cuanto a entender el futuro del sector”, dijo Roca a Efe después de mantener varios encuentros con responsables del Ministerio de Agricultura, el departamento de Industria Agroalimentaria, el Centro de calidad de bebidas alcohólicas y la Unión de Viticultores rusos, entre otros.
El actual secretario general de la Federación Española del Vino (FEV) reconoció, no obstante, que los rusos “no se han comprometido” a darle su voto en las elecciones que se celebrarán el próximo julio para sustituir al actual responsable de la OIV, el francés Jean-Marie Aurand.
Desde que presentó oficialmente su candidatura el pasado 1 de diciembre en París, donde se encuentra la sede de esta organización creada en 1924, Roca ha iniciado un periplo para lograr imponerse al otro candidato, de Nueva Zelanda, una campaña que le llevará mañana a Moldavia.
“Creo que soy el candidato favorito”, afirma, y cuenta ya con el apoyo de los países de la Unión Europea (UE), junto a otros como Líbano, Israel o Argelia y algunos latinoamericanos.
De ser elegido, Roca se convertiría en el primer español en dirigir este organismo intergubernamental de referencia para el sector del vino en el ámbito científico técnico, que trabaja para que los países tengan normas parecidas en la materia y colaboren en aspectos como la calidad del vino desde el origen.
Uno de los objetivos de Roca es conseguir nuevos miembros para la OIV, integrada actualmente por 46 naciones, “porque para ser eficaz hay que ser representativo y contar con países importantes tanto en consumo de vino como productores”, afirma.
“Tenemos por ejemplo a Suecia y Noruega, grandes consumidores de vino, pero creo que deberían estar otros como China o Vietnam” y comenta, como anécdota, que la Santa Sede, “el país con más consumo de vino per cápita”, tampoco es miembro.
El candidato español destaca que la OIV es “una organización con mucho interés económico porque el vino es un producto muy internacionalizado ya que de cada diez botellas, casi cinco cruzan una frontera, y de mucho valor, a diferencia de otra producción agrícola”.
Por ello, cree que la OIV debe tratar de asegurar que las normas del vino no sean una traba para el comercio.
“Debe anticiparse a la necesidad de regulación de los gobiernos, adelantando normas, por ejemplo en defensa del consumidor, de la integridad del producto, a favor de un consumo moderado, en suma inspirar a los gobiernos antes de que desarrollen una legislación”, añade.
Roca también es un gran defensor del sistema de denominación de origen e indicación geográfica que impera en Europa, frente a países como Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica partidarios de producir con menos normas.
Su candidatura defiende intensificar la implicación del sector en toda la cadena de valor para asegurar que el beneficio llegue también al viticultor.
El secretario general de la FEV aspira a que el sector del vino “sea un ejemplo de sostenibilidad social y económica y también desde el punto de vista del medio ambiente”.
“Con más de cien años de registro en las bodegas… cada año nos damos cuenta de que el cambio climático es una realidad a la que es muy sensible el sector del vino”, dice Roca.
Fuente: EFE
