Alejandra Gil Posleman: “Con una mayor conectividad, Mendoza se despierta al mundo”

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La gerenta de Rosell Boher dialogó en exclusiva con El Malbec sobre las expectativas de la temporada y el futuro lleno de proyectos que tiene la bodega.

Por Sebastian Perez Dacuña

Hablar de Rosell Boher es hablar de una marca de referencia en enoturismo y gastronomía de bodegas a nivel mundial.  Sus instalaciones de lujo y su espacio gastronómico de excelencia lo hicieron poseedor de uno de los más importantes galardones que se otorgan en el concurso “The Best” de Great Wine Capitals.

La gerenta del proyecto enológico y turístico de la familia Torres García, Alejandra Gil Posleman, dialogó en exclusiva con El Malbec sobre las expectativas de la temporada y el futuro de Rosell Boher.

¿Cómo viene esta temporada para ustedes?

La verdad que estamos muy contentos. Ya en diciembre vimos que la temporada se perfilaba bastante buena, aún en invierno. Nosotros siempre en junio tenemos una baja importante en el flujo de visitas, pero sabíamos este año que esa baja no la íbamos a tener. Incluso tuvimos que cerrar el hotel algunos días para hacer unos arreglos y adelantarnos a la temporada, porque veíamos una tendencia muy marcada a que no hubiera bajas.


¿Y eso por qué creés que se dio?

Por una parte ayudó mucho la conectividad que se empezó a dar durante estos últimos meses con la aparición de nuevos vuelos. Y sin conectividad es muy complicado, porque todo se mueve desde Buenos Aires. Creo que agilizando el tema de vuelos y conectividad, Mendoza se despierta al mundo. Llegaron muchos turistas de Brasil y muchos argentinos que quieren conocer el país y descubren las oportunidades de alojamiento y gastronomía que estamos ofreciendo.

Gil Posleman, Olcese y Watson, en Rosell Boher Lodge.


Y en cuanto a la propuesta gastronómica vemos que presentan un menú muy diverso, pero sin dejar de apostar a lo local.

Es una política de la empresa a todo nivel. Tanto en infraestructura como en el restaurante tenemos una política sustentable importante, donde solo usamos productos mendocinos. Es todo un desafío poder generar una propuesta atractiva con productos identitarios de la provincia. Tanto productos como la trucha, el cordero o el chivo y los vegetales son todos propios de la zona.


Y hablando de lo local, cómo puede llegar el turista mendocino a disfrutar de toda esta propuesta que ofrece Rosell Boher.

Nuestro proyecto contempla una tarifa especial para mendocinos en alojamiento y un descuento en el precio del menú también, lo que nos permite ofrecer una alternativa súper atractiva para el público local. Creemos que el mendocino es el embajador de la marca y quien tiene que contarle al mundo los productos que ofrecemos.


¿En cuanto a lo estrictamente relacionado con alojamiento, qué es lo que ofrece hoy Rosell Boher?

Tenemos 14 habitaciones muy espaciosas que están distribuidas entre los viñedos y rodeadas de lagunas y montañas. Estas cuentan con tres niveles: una cava subterránea, un nivel intermedio que es el de la habitación y el superior que es donde se encuentra la terraza con jacuzzi para disfrutar, incluso en invierno.


¿Sigue en pie el proyecto de la construcción de la bodega en este predio?

Está todo muy vigente, tanto los planos como el lugar en donde va a estar instalada, pero los vaivenes del país nos ha demorado un poco. Seguimos invirtiendo en estos proyectos que se ven, pero sin dudas la construcción de la bodega es el próximo paso de la familia Torres García. 

Sería un gran atractivo poder mostrarle al visitante el proceso productivo de lo que están disfrutando en el restaurante.

Hoy en día tenemos la bodega en la calle Pueyrredón de Chacras de Coria, pero que no está abierta al público. Sin embargo, ya se compraron casi 5000 metros más en los alrededores con la finalidad de hacer un proyecto turístico que incluye un centro de visitas y un restaurante.Pero en el futuro, la bodega va a estar en Agrelo, porque la bodega que tenemos en Chacras está quedando chica. Se está creciendo mucho en producción. Cuando la familia Torres García la compró tenía una capacidad de 40.000 litros y ahora tiene 500.000 litros.


Hoy, además de los espumantes, tienen un portfolio muy completo de vinos, también.

La incorporación de vinos fue una manera de paliar las crisis que presentan estos vaivenes económicos. Se comenzaron con líneas muy frutadas, frescas, sin madera. Hoy tenemos la línea Casa Boher que funciona muy bien y las líneas Gran Reserva, en tintos, y Reserva, en blancos. También estamos constantemente renovando añadas. Justamente ahora acabamos de presentar la añada 2018 del Gran Cuveé, que es un espumante que tiene más de 40 meses de guarda. Estamos muy contentos, porque vemos que estamos creciendo en vinos también. Hoy la compañía tiene una producción compuesta por partes iguales entre espumantes y vinos tranquilos. 


        

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